Jornada muralera con juventudes: como el arte ayuda a hablar de prevención de violencia de género, bienestar y salud mental

Comunicar a través del arte ha sido una de los lineamientos durante este año en Amaranta ONG. La organización que trabaja principalmente con jóvenes y estudiantes de la Región del Biobío, ha logrado entrelazar la Educación Sexual Integral, con jornadas muralistas que buscan que juventudes expresen su opinión y posicionamiento frente a la prevención de la violencia de género. 

Por Comunicaciones Amaranta ONG

¿Cómo se expresan actualmente las juventudes? ¿Cómo potenciar la reflexión y vínculos con el territorio? Estas son algunas de las preguntas que dieron inicio a las jornadas de arte y cultural en los liceos Pencopolitano y Andrés Bello de Concepción en las últimas semanas.

Los/as estudiantes de dichos establecimientos tuvieron la oportunidad de elegir temáticas sobre Salud Mental, prevención de violencia de género, No discriminación, entre otros, para pintar en espacios abiertos.

 De las temáticas, se eligieron algunos vinculados con salud emocional; palabras como “Bienestar” y también el retrato de una ex alumna de un establecimiento víctima de femicidio, fueron los elegidos.

Sofía Flores Villagrán, Terapeuta Ocupacional y parte activa de la línea de arte en Amaranta ONG, es quién a través de Fondo Alquimia ha gestado las instancias muralistas que se desarrollaron.

Lo anterior, fue enmarcado del Programa Lilén de la organización, el que se dedicó a realizar talleres de Educación Sexual Integral, siendo una invitación al cierre reflexivo del programa a través del arte.

Fue en el mismo quehacer fueron naciendo interrogantes: ¿Cómo ahondar en un hito final? ¿Qué rol cumple la memoria? ¿Cómo la opinión de las juventudes puede quedar plasmada?

Es ahí, que las jornadas muraleras, a través del arte, fueron una estrategia crucial a la hora de transitar temas, que al hoy, aún parecieran ser tabú en los colegios.

Las jornadas estaban destinadas a ser un espacio de arte en conjunto a los estudiantes. Además, contaban con espacio para serigrafia. Créditos: Amaranta ONG.

Para Flores, el arte sigue siendo un lugar en donde debemos transitar sobre todo en los tiempos de crisis política y social dada su transversalidad “El crear y el hacer nos invitan a observarnos desde otros espacios, desde uno más sensible. Y el crear en colectivo -en compañía- nos invita primero al encuentro, pero también al observar cómo se entrecruzan historias, vivencias y memorias”

Históricamente las artes han sido un medio que visibiliza el sentir de sus comunidades, por lo mismo es un canal que transmite desde descontentos a celebraciones.

Uno de los murales fue sobre la joven Rennata Rozas víctima de femicidio que perteneció al Liceo Pencopolitano en su enseñanza media. 

“Particularmente creo que el arte y la cultura nos ha salvado de habitar esta ciudad y sociedad en constante caos, nos hace sobrellevarla con sentido, con emoción, con pertenencia. Siendo un sostén que nos contiene y que nos moviliza a conspirar hacia el mejor-vivir que queremos habitar/crear”, realza.

“Otro hito significativo que es necesario mencionar, ha sido el poder establecer hitos de memorias de estudiantes víctimas de femicidio que fueron parte de las comunidades educativas en las que nos encontramos trabajando, por lo que al contar con dicha información se instala la necesidad de poder recordarles, para que nunca más”.

Sobre las expectativas y alcance del proyecto, para la activista este esta centrado en reactivar una línea que había estado inactiva durante la última temporada: “Creo que al robustecer esta línea cultural, nos permite contar con nuevas herramientas participativas hacia la vinculación con comunidades y por ende, poder continuar con el trabajo territorial”, realza.

Por otro lado, enfatiza en cómo el utilizar estas herramientas participativas como mediadoras de reflexión en torno a la no violencia, permite ir innovando en aspectos educativos y acercar conocimiento de manera más lúdica, amigable y entretenida.

“En ese sentido, puedo mirar gratificantemente nuestro quehacer, las jornadas murales han sido muy bien recibidas. Estamos llegando a hablar de lo que no se habla, si lo planteamos así, creo que nuestro trabajo es fundamental”

Las actividades fueron parte del Fondo Alquimia y Programa Lilén 

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